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Mensaje del pastor para la celebración de la Pascua 2025

Queridos hermanos y hermanas,

La Pascua es la solemnidad más importante de todo el año litúrgico. No es la Navidad, ni el Miércoles de Ceniza, ni el Domingo de Ramos, sino la Pascua junto con el Viernes Santo. Es una celebración tan importante que la Iglesia católica ha destinado toda la semana a la celebración de la Pascua. Así, desde el Domingo de Resurrección hasta el domingo siguiente, conocido como Domingo de la Divina Misericordia, celebramos la octava de Pascua, durante la cual cada día cantamos o recitamos el himno de Gloria y leemos los relatos de los encuentros con el Señor Resucitado.

Lo hacemos porque son los días en cuales celebramos los misterios más grandes de nuestra salvación, que ahora no es sólo para los judíos, sino para todos los pueblos. Subrayamos esta verdad cada domingo en el Credo cuando recitamos y profesamos: “Creo... en un solo Señor Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios... por nosotros fue crucificado bajo Poncio Pilato, padeció la muerte y fue sepultado, y resucitó al tercer día según las Escrituras”. Luego el Credo continúa: “Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro”. ¿Realmente creemos lo que profesamos? Si es así, ¿por qué estamos tan preocupados por esta vida?

La Pascua nos recuerda que Jesús ha vencido al pecado y a la muerte, y ha superado el mal del sufrimiento innecesario. En su resurrección, Jesús nos da la esperanza de que todas las cosas se transformarán en Él, como oímos de modo muy solemne en el Pregón pascual: “así, esta noche santa ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos”. Sí, la Resurrección de Cristo trae la alegría al mundo caído. Esta alegría no consiste en tener huevos de Pascua en nuestras mesas, conejitos en nuestros jardines y patios, o almorzar abundantemente el Domingo de Pascua, sino en tener auténtica fe en el Señor Resucitado. Es la noción de fe lo que hace que la Pascua sea una celebración verdaderamente significativa. La celebración de la Pascua es también un recordatorio para todos nosotros de que pertenecemos a Cristo a través del bautismo, por El que ahora formamos parte de su familia. Esto significa que Jesús cuidará de nosotros y nos conducirá a la salvación mientras le sigamos como hicieron los discípulos después de la Resurrección.

Al venir a la iglesia para celebrar la santa misa el domingo de Pascua, renovemos nuestra fe en Jesús y abracémosla con todo nuestro corazón para que Él disipe las tinieblas del mal y del miedo, para que vivamos en la libertad de los hijos de Dios destinados a la vida con Dios para siempre.

¡¡¡ Feliz Pascua a todos !!!

Rev. Janusz Mocarski, parroco

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