La Iglesia celebra este 14 de marzo, el cuarto Domingo de Cuaresma. Según la tradición, también se lo conoce como “Domingo de Laetare”.
Debemos aclarar cuál es el concepto de “Laetare”. Esta es una palabra derivada de latín que significa “Regocíjate”.
La liturgia de este domingo se ve marcada por la alegría ya que se acerca el tiempo de vivir nuevamente los Misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro señor Jesucristo durante la semana Santa. Es por eso que se usan vestimentas rosadas. No debemos olvidar que estamos en cuaresma, y que este domingo no es un acto de penitencia, sino que es para recordarnos que siempre detrás de toda penitencia está el deber de aborrecer el pecado, el propósito de no pecar más y confesar los pecados para poder así vivir en gracia que nos es otorgada por Dios en su infinita misericordia.” La liturgia de hoy nos recuerda que la fuente de nuestra salvación es motivo de alegría para los cristianos y mientras esperamos este gozo, es bueno meditar en esta palabra de consuelo “Dios nos da a su Hijo, para que todos tengamos vida”. Por eso, este domingo nos invita tabien a mirar mas alla de la triste realidad del pecado, mirando a Dios, para amarlo y cumplir sus preceptos que nos hacen libres. (Cf. Internet)
En el Evangelio de hoy San Juan nos dice; “Jerusalén de noche a la sombra del Templo, un doctor de la ley viene discretamente a consultar a Jesús. Se le llama Nicodemo y quiere entablar una simple conversación rabínica. Pero se encuentra asimismo, en unos instantes sumergido en el misterio inconsolable de la redención a través de la Cruz, prefigurado por la “serpiente de bronce” que Moisés había modelado en el desierto y de la que Jesús viene a revelar el sentido profundo. “es necesario que el hijo del hombre sea exaltado para que todo el que crea en él tenga vida eterna en EL (Jn 3).
Queridos amigos, Nicodemo fue un intelectual de alto rango en la época de Jesús. Sin embargo, muchas cosas escaparon a su comprensión. Le costaba entender por ejemplo: “Como nacer de nuevo? “y Como Jesús puede ser el que Dios envió al mundo, no para condenarlo, sino para que por medio de El, el mundo sea salvado y sanado.
Sólo Dios libera y sólo él puede liberar. A pesar de nuestra posesión, conocimiento o poder, el hombre permanece y sigue siendo un ser limitado.
Sólo Dios puede ayudar a descubrir el misterio. Pidamos a Dios la gracia, en su infinita misericordia, de confiar en su Hijo en toda circunstancia, porque solo en EL tenemos y encontramos la Vida Eterna.
Bendiciones
Padre Charlince Vendredy